Aisha vive en un reino del Al-Ándalus del siglo XI, donde los fuegos artificiales son el espectáculo más popular. Sueña con convertirse en una gran pirotécnica como el legendario Maestro Hao, pero su padre, Ahmad, insiste en que siga la tradición familiar de la caligrafía. Cuando un alquimista, Txawir, engaña a Aisha para robar un peligroso libro custodiado por su padre, Ahmad es encarcelado injustamente. Aisha emprende un viaje lleno de aventuras para recuperar el libro y liberar a su padre.
Inquieta, audaz y experta en fuegos artificiales
Aisha es una chica despierta, curiosa e inquieta. No soporta las largas y aburridas horas que pasa con su padre aprendiendo caligrafía, un oficio familiar que él ha intentado imponerle desde la muerte de su madre. Sin embargo, Aisha es mucho más activa y sueña con convertirse en la mejor artista de la pirotecnia, como el Maestro Hao, a quien admira profundamente.
Astuto, imponente y con un deseo insaciable de poder
Muhtadi es el tío del joven califa y de Nura, y ejerce como qadi de la ciudad, siendo la máxima autoridad en justicia. Es un hombre elegante, de porte imponente y gran fortaleza, pero esconde una ambición desmedida: apoderarse del trono de su hermano, el anterior califa, a quien siempre envidió y a quien muchos sospechan que pudo haber asesinado.
Dulce, prudente y con un corazón noble
Nura es la mejor amiga de Aisha y hermana del califa. Es una niña bondadosa, atenta y obediente. La pérdida repentina de sus padres la ha vuelto más cauta y cuidadosa en sus acciones y en la forma en que percibe su entorno. Siempre acompaña a Aisha en sus aventuras y travesuras, pero desde un segundo plano, manteniendo una distancia prudente ante cualquier posible peligro.
Sabio, paciente y guardián del conocimiento
Ahmad es el padre de Aisha, escribano de la gran y prestigiosa biblioteca del palacio y hombre de confianza del joven califa. Para él, el conocimiento es el único camino para ser una mejor persona. Reflexivo, metódico y paciente, sólo la rebeldía de su hija Aisha es capaz de sacarlo de quicio.